domingo, 21 de noviembre de 2010

Antonio Guzmán Blanco

Antonio Guzmán Blanco nació en Caracas un 28 de febrero de 1829. Estudió Derecho en la Universidad de Caracas y sus viajes le dieron una gran experiencia en la política y en la administración pública. Estuvo en Estados Unidos como Secretario de la Legación de Venezuela en Washington. Pero la verdadera carrera política y militar de Guzmán Blanco la inicia en 1859, cuando se origina la Guerra Federal y el futuro caudillo liberal se alinea al lado de Juan Crisóstomo Falcón y de Ezequiel Zamora. Al triunfar la Revolución, en 1863, pasa Guzmán Blanco a formar Gobierno. En 1870 el mismo encabeza una revolución y logra entronizarse a la manera de los dictadores; en 1873 es electo Presidente de la República y gobierna en forma progresista hasta 1877; este período se conoce con el nombre de Septenio; luego asciende al poder Linares Alcántara, quien muere repentinamente y es Guzmán Blanco quien se encarga de nuevo de la Presidencia, desde 1879 hasta 1884, es decir, el período llamado Quinquenio; de 1884 a 1886 gobernó Joaquín Crespo, tornó a mandar Guzmán Blanco desde 1886 a 1888, período conocido con el nombre de Bienio. Durante estos tres períodos Guzmán fue un autócrata, hizo un gobierno personalista y acomodó la Constitución a su conveniencia; sin embargo, la historia le reconoce el papel de civilizador, de modernizador de la Venezuela que él vivió. Hizo caminos a través del país, fomentó la agricultura y la instrucción (a él se le debe el decreto de instrucción pública y obligatoria, de 1870).
Aunque el general Antonio Guzmán Blanco no estuvo en todo momento a la cabeza del Estado durante los años 1870-1888, se considera como su gobierno el lapso prolongado en el cual ejerce un influjo, apenas distorsionado por disidencias pasajeras y existe un solo foco de poder y un intento peculiar de centralización, que puede considerarse fundamental en el proceso de organización del Estado nacional. Aunque a la postre se diluye en beneficio de los factores dispersos de autoridad, entonces esenciales, que no logra liquidar, como los caudillos mayores y menores, su régimen conforma un ensayo de estabilidad cuya orientación hacia la modernización permite reordenar la economía y confinar en un molde relativamente homogéneo el desarrollo de la vida civil, después de un devastador ciclo de guerras intestinas. Durante casi 2 décadas, de 1870 a 1888, Antonio Guzmán Blanco dominó la escena política venezolana. Bien como presidente, o en los interregnos desde Europa, su influencia marcó a la Venezuela del siglo XIX. Guzmán Blanco fue el primer jefe de Estado venezolano, a partir de 1830, que combinó en sí los talentos de un gran político y un eficiente administrador. Su habilidad política y su capacidad administrativa no explican por sí solos el hecho de que él se destacase como un importante estadista durante aquellos años; un elemento adicional es que se propuso integrar a Venezuela en la corriente de modernización que se estaba dando, particularmente en Europa, durante las últimas décadas del siglo XIX. Con este objetivo atrajo inversiones extranjeras, utilizándolas en la modernización del sistema de transporte venezolano y la explotación de los recursos mineros del país. Guzman Blanco creo diversos acuerdos con los grupos políticos y económicos que ejercían una influencia marcada en la vida nacional. Durante todo el período republicano, los comerciantes, los caudillos regionales y los hacendados habían tenido diferencias importantes que llevaron a una situación de continuos enfrentamientos, los cuales desangraron económica y políticamente al país, impidiendo el buen funcionamiento del gobierno. Así, los comerciantes clamaban por el establecimiento de un vigoroso Gobierno central, capaz de ejercer el control económico y fiscal en todo el país. Por su parte, los caudillos regionales (que eran en general grandes hacendados) rechazaban tal concentración en Caracas. En una postura intermedia se hallaban la mayoría de los demás hacendados y otros agricultores, quienes parecían proclives a brindarle su apoyo a cualquier gobierno que respaldara su proyecto de establecer un banco agrícola que les proporcionase crédito barato y a plazos largos. Tal era la situación con la que Guzmán Blanco se enfrentaba. Su política de conciliación logró establecer un equilibrio con 2 de esos grupos de intereses: los caudillos regionales y los comerciantes. De esta manera pudo alcanzar el éxito en una empresa en la cual sus predecesores habían fracasado, e instaurar un régimen que gozó de gran estabilidad política y prosperidad económica como no los había tenido el país desde hacía mucho tiempo. Guzmán Blanco logro equilibrar ambos sectores, creando un ambiente de armonía donde el dominaba.
Antonio Guzmán Blanco, fue, sin dudas, el caudillo de mayor relieve surgido de la Guerra Federal. Ejerció el gobierno, directa e indirectamente, por 22 años y su influencia se extendió por un período aún mayor. Su obra de gobierno la realizó en tres etapas o períodos, el Septenio (1870- 1870), seguido por el período presidencial de Francisco Linares Alcántara; el Quinquenio (1879-1884) seguido por la presidencia de Joaquín Crespo; y el Bienio, (1886-1888) a la mitad del cual quedó encargado del mando Hermógenes López por haberse marchado Guzmán Blanco a Europa en un viaje que iba a resultar sin retorno. El Primero, de siete años, 1870-77, recibe el nombre de "Septenio", y es considerado como uno de los períodos más fecundos y progresivos de la historia venezolana. 

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